viernes, febrero 28, 2014

Manfiesto de los adultos en crisis

Recogemos del libro de Silvia Di Segni Obiols, Adultos en Crisis. jóvenes a la deriva, de la Editorial Noveduc, el siguiente manifiesto de los adultos en crisis:

Nosotros los adultos, tenemos que ocupar nuestro lugar ante las otras generaciones.

Ser adulto no significa dejar de disfrutar, de reir a gritos, de emocionarse, de apasionarse, de jugar; significa saber cuándo no tiene sentido hacerlo. Significa, básicamente, terminar la niñez y la adolescencia en aquello que nos impide manejarnos bien con la propia realidad y con los otros; abandonar la omnipotencia, reconocer a los otros con sus necesidades y deseos, aprender a esperar, adquirir autonomía. Abandonar la omnipotencia es imprescindible para no creerse dios ante los demás y para no sentirse irrompible ante uno mismo; reconocer a los otros supone preocuparse por conocerlos, escucharlos, aceptar las diferencias, gastar tiempo y esfuerzo en llegar a acuerdos; aprender a esperar permite postergar placeres en el corto plazo para obtener logros en el mediano, hacer esfuerzos y tolerar frustraciones, no por amor al sufrimiento, sino para conseguir lo que queremos.
Durante siglos nos ubicamos en un lugar especial del que caímos abruptamente, llevamos algunas décadas en crisis. es hora de que salgamos de ella.
Debemos ocupar el rol nosotros mismos, en cada casa, en cada escuela. No esperar que otros cubran el lugar que dejamos vacante y adopten a quienes dejamos huérfanos; no pedir a gritos que alguien, una figura fuerte, autoritaria -o incluso nuestros hijos-, nos adopte a nosotros. Ocupar el rol significa delimitar claramente qué podemos hacer y qué no; buscar el apoyo de pares para lograr lo que individualmente sea más difícil. No significa renunciar a la diversidad sino, por el contrario, defender esa diversidad a todo costo. Debemos salir de la Babel en que vivimos, dando lugar a acuerdos mínimos reales, no de forma; que nos permitan actuar en conjunto y contener con cierta coherencia a los más jóvenes. Contamos para ello con posibilidades de comunicación y conocimiento que no tuvieron las generaciones anteriores, no podemos desperdiciarlos.
Ocupar el rol nos obliga a buscar información, a pensarla críticamente. Ser adulto significa entre otras cosas, que disponemos de nuestra capacidad de pensar. no podemos dejar de usarla.

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